La mente y sus enfermedades son un misterio. Aún nos queda mucho por descubrir y entender sobre el Parkinson, por ello muchos laboratorios están constantemente investigando cómo funciona y cómo encontrar curas a enfermedades neurodegenerativas como esta. En los últimos meses se han hecho pequeños grandes avances médicos para el Parkinson. Esta enfermedad, aún bastante desconocida para la medicina, afecta especialmente a personas mayores de 60 años.
Injertos de células de dopamina para la disminución de los temblores
Con anterioridad a estos injertos, se utilizaban medicamentos que aumentaban la dopamina del cuerpo, una hormona esencial que, entre otras cosas, controla el movimiento muscular. Aunque no es una solución a largo plazo, para una temporada específica puede resultar satisfactoria en los pacientes. El Parkinson es una enfermedad que ataca a las neuronas del cerebro que producen dopamina, hormona que, entre otras cosas, ayuda a controlar el movimiento muscular. Sin embargo, un nuevo estudio proporcionado por Nature Medicine está demostrando que el injerto de células productoras de esta hormona mejora los síntomas significativamente tras el transcurso de seis meses.
Convierten células ya existentes en el cerebro en las neuronas que deterioran el Parkinson
Basándose en el estudio anterior y dando un paso más allá, se ha descubierto el poder de las células para el deterioro del Parkinson. Un estudio realizado por investigadores de San Diego se ha centrado en las células cerebrales ya existentes y funcionales dentro del propio cerebro. Su descubrimiento ha sido la posibilidad de crear las neuronas que son atacadas por el Parkinson a partir de la modificación de las células astrocitos. Estas células, al eliminar la proteína que producen, se transforman en neuronas. Es decir, estas células son tremendamente útiles para cambiar su función a la de neuronas y repoblar circuitos cerebrales. Ayudando a su vez a la función motora del paciente. Aunque suene apasionante, por ahora, este descubrimiento se ha demostrado en animales.
Con el paso del tiempo, las pruebas y los avances en este campo, podríamos ver en el futuro cómo esta técnica de reemplazo no solo se podría ayudar a reducir los síntomas del Parkinson, sino que incluso se podrían revertir, incluso en casos de Parkinson avanzado.
Tratamiento sin cirugía que eliminan las neuronas que provocan el Parkinson
Los avances en los tratamientos contra el Parkinson han evolucionado a pasos agigantados en las últimas décadas, hasta el punto de no necesitar cirugía para realizarlos. Es el caso de la estimulación cerebral profunda (ECP). Un método sin cirugía que consiste en colocar electrodos en los ganglios basales, una parte del cerebro, y conectarlos con un neuro estimulador. Las investigaciones con respecto a este fenómeno son claros: bloqueando las señales que provocan los temblores a través de ultrasonidos focales consiguen eliminar estas neuronas y ayudar a que el cuerpo funcione correctamente.
Esto tiene una ventaja doble ya que además de tratar esta enfermedad degenerativa, se reducen los riesgos ante la ausencia de quirófanos, anestesias, recuperaciones o hemorragias entre otros problemas derivados de la intervención.
