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Protege tu piel este verano con algunos consejos

La piel es un órgano que nos protege de factores externos como bacterias y temperatura. Pero su rendimiento y protección depende de cómo tratemos a nuestra piel y la ayudemos a realizar su función. Para que tu piel este 100% sana y preparada para protegerte contra enfermedades. Para que esta parte de nuestro cuerpo pueda realizar esta acción necesita alimentarse de vitaminas y minerales. Los minerales fundamentales para la piel son selenio, zinc y cobre, mientras que vitaminas como la C son indispensable para la formación del colágeno.

La vitamina C es una proteína cuya función es mantener unidas las células y evitar que con un cualquier rasguño se corte, por ejemplo. En el caso de la vitamina A, presente en alimentos como los huevos, la leche o las naranjas; favorece la cicatrización, la suavidad y refuerza las defensas naturales. Otra de las vitaminas necesarias para nuestra piel es la vitamina E, que retrasa el envejecimiento cutáneo. Además, es la vitamina antioxidante principal de la piel. Otras vitaminas como la D son las que nos da el sol y de la que nuestra piel se nutre en gran medida en temporadas de verano. Pero cuidado, esta exposición puede dañar la estructura de la piel.

Si no nutrimos y cuidamos nuestra piel podemos exponernos a problemas graves relacionados con este órgano. Algunas de las enfermedades más habituales son el acné o la dermatitis, pero en sus versiones más graves podrían producirse cánceres de piel. El factor humano y genético son determinantes a la hora de conocer las causas de la reproducción de estas enfermedades. Por ello, unos consejos para cuidar el órgano más grande de nuestro cuerpo humano nunca vienen mal.

¿Cómo cuidamos la piel?

Hay fórmulas genéricas que debemos tener en cuenta a la hora de realizar un cuidado de la piel. En general, realizando unos pequeños gestos podremos ser capaces de ver una gran evolución positiva en nuestra piel y lo notaremos tanto por dentro como por fuera.

La clave número uno de una piel y cuerpo sano es una hidratación completa. Para ello, beber agua y tomar alimentos que nos hidraten no solo nos aportará energía, nos ayudará a una buena circulación sanguínea y evitará la retención de líquidos, sino que mantendrá nuestra piel fuerte y preparada para protegernos de agentes externos.

Además, en el caso de tomar el sol es imperativo que trates tu piel con protectores solares con el fin de evitar quemaduras y manchas en la piel. Prevén las salidas con un protector solar a tu lado y recuerda que la exposición al sol no debe ser muy prologada.

Aunque es indispensable tomar el sol ya que necesita la vitamina D que le aporta es importante no exponerse a las horas centrales del día, ya que es en estas franjas horarias cuando la fuerza de los rayos UVA es más alta y pueden dañar la piel.

Por último, evitar enfermedades y problemas de piel en el futuro los expertos en el cuidado de la piel van a ser los que mejor te guíen sobre cómo proceder en tu caso concreto. Los dermatólogos realizan revisiones anuales a los pacientes para ver la evolución de lunares, posibles causas de un comportamiento extraño de la piel; recomiendan pasos a seguir y tratamientos en el caso de problemas menores de piel y, además, se adaptan a ti para que tu piel esté más sana que nunca. Hacerles una visita una vez al año para ver que todo esta yendo correctamente es importante, y evita muchos problemas en el futuro.

No te olvides de…

· Cuidar tu vista en las horas de mayor exposición al sol. Tu salud ocular también es importante.

· Proteger tu cabeza para evitar que el calor y el sol te puedan causar una insolación.

· Evitar Salir o exponerte en las horas de mayor fuerza e influencia solar.